Estudiaba odontología en el año 2006, cuando tuve la visitación más gloriosa y extraordinaria, la persona de Jesucristo se revelaba a mi vida por medio de la Biblia, su Palabra. Dios usó a un compañero de universidad, hoy mi esposo, para que le conociera de manera personal. Conocer a Jesucristo, fue conocer a un Dios Redentor, Perdonador y Amoroso. Fue conocer a Dios Papá, quien me ha mostrado su amor, provisión y fidelidad, enseñándome también el perdón, como un proceso continuo. El rescate por mi vida ya había sido cancelado en la Cruz del Calvario. Sentirme amada y perdonada por Jesucristo ha sido lo mejor de mi vida.

En el año 1999 tuve un encuentro personal con Jesús, cuando fui confrontada con ese vacío sobrecogedor que experimenta todo ser humano que está muerto espiritualmente. Comprendí que mi única esperanza, era una vida transformada por la relación con Dios y Su Palabra, la que actúa en mi vida dándome una mente renovada y sujeta al control del Espíritu Santo, permitiéndome de esta forma vivir conforme a convicciones claras y firmes.

En el año 1992 tuve la dicha de tener un encuentro real y personal con Jesús, el cual transformó mi vida por completo alcanzando también a toda mi familia gracias al poder de Su Palabra. Siete años después vi cómo la gracia del Señor Jesús y el poder del Espíritu Santo obró sobre mi vida llamándome a servirle a tiempo completo. A lo largo de estos años, el Señor me ha ido transformando día tras día y me ha bendecido siendo testigo de cómo muchas vidas son impactadas por el Salvador que un día rescató mi vida y la de mi familia.

Próximamente...